El director del Instituto Politécnico Superior Juan Farina, sostuvo, en el acto en homenaje a los ex alumnos Diego Angelini, Ariel Erlij, Hernán Ferruchi, Hernán Mendoza y Alejandro Pagnucco, víctimas del luctuoso hecho sucedido el 31 de Octubre de 2017 en Nueva York, que “la memoria es una construcción cotidiana que genera identidad”.
El evento tuvo lugar este viernes por la tarde, en la sala Mariano Moreno del Politécnico, y se transmitió también a través de videoconferencia. Participaron de manera virtual autoridades del Instituto Winter Garden de Buenos Aires cuyos alumnos y alumnas realizaron un video alusivo y presentaron el proyecto de un mural conmemorativo. Además, un estudiante de nuestra Escuela leyó un poema en recuerdo de los ex alumnos fallecidos en el atentado.
Sobre esta tragedia de los egresados 1987, el director del IPS Juan Farina expresó: “Cabe reflexionar sobre una pregunta que nos ha inquietado desde siempre ¿Cómo procesa la escuela el horror?”.
“Igual pregunta nos hicimos en otras oportunidades respecto de nuestra propia historia, a propósito de la última dictadura cívico-militar y de aquellos detenidos-desaparecidos y asesinados, también egresados del Instituto Politécnico de Rosario; o cuando pensamos en la dura experiencia de la AMIA y de la Embajada de Israel, que sorprendió al país, y que nunca habríamos creído que pudiéramos presenciar”, sostuvo.
“Creemos –continuó– que no son suficientes unas breves líneas de repudio. Pensamos que es necesario tomar otro camino, que ponga en diálogo a la escuela como formadora de ciudadanías con los horrores que se ciernen y se han cernido sobre la humanidad, en diversas épocas históricas”.
“¿Cómo se enseñan estas contradicciones? ¿Cómo educamos para la pluralidad sin estigmatizar ni recurrir a estereotipos que fomenten el odio de clase, nacionalidad, religión, etnia, raza o género? ¿Cómo generamos actitudes que neutralicen el rechazo y la negación del otro, que contemplen la aceptación razonada y decidida de lo diverso, la multiplicidad, para construir la convivencia democrática?”, se interrogó.
Luego, Farina consideró que “la formación para la ciudadanía, con frecuencia, es pensada para el después, es decir, para la vida adulta”. “Sin embargo, es en el propio acontecer educativo, en la escuela misma, donde debemos propiciar prácticas democráticas y solidarias que fomenten la empatía, la solidaridad y el compromiso de concebirnos, no desde la subordinación, sino desde un nosotros más amplio e inclusivo”, planteó y subrayó que “a este propósito sirve la historia, pero también la memoria, en tanto construcción social de los recuerdos”.